Ya vienen esas horas que dejo que me alejen,
un telón nubes retumba al final del mar.
Un paisaje muere, y la luz envejece.
Nadie va a salir a pasear.

Te he dicho que no, y no es por hacerme de rogar,
es que no me va tu droga, yo prefiero dialogar, ir al hogar
donde las ideas fluyen ellas solas
y no tener que forzar ni hacer como que molas, judas.
Llámame toy que me la sudas.
Volar sin mesura ni censura me usura las horas.
Mi espora es pura, supura la estructura constructora,
autora de la aurora áurea del aura que llena el tórax.
A estas alturas lo que otrora hubiera hecho mella en mi armadura
realza mi coraza.
Mi zarzamora se vuelve a enamorar, abandona la moral.
Bajo una farola la vi llorar desolada.
¡De eso nada! Me sobraba y compartí,
y ahora ofrezco sobrasada en mp3, sangre coagulada,
mi lagrimita roja mezclada con sebo
(la grasa de la gran casa, este planeta memo).
Nada nuevo. Yo me quemo entero por el verso.
Vengo a remover los cimientos como un diálogo tenso.
Di a locos pienso, pero ya probaron el arroz
y ahora esto no quieren comérselo...
Mi mente va volando sobre un cielo gris ceniza
y de vez en cuando en un mar de dudas ameriza.
Un sol en ayunas nos ameniza
otro amanecer en el que no hay prisa. No hay risas
para mis compis Dídac, Nil, Jordi, Folki, mis yonkis, mis homies.
Yo y mis movies de aliens y zombis, mis comics, mis hobbies.
Mis rapeos con el Kronik o en casa del eSeGè,
y un respeto para el Dani, no olvido donde empecé.
Siempre lo recordaré, El Masnou lo llevo cosido en el vientre.
A veces siento que me falta y algo se me retuerce.
Pero si aguanto el tirón otra primavera
volveré en otoño con la fuerza con la que bajan rieras.

Si tu me sonrieras, si tu me sonrieras...
Que irreal sería esta mentira nena.
¡Ay, si tu me sonrieras! ¡Oye, que irreal sería, que irreal sería!

Será que nunca acabo lo que empiezo,
que nunca empiezo bien lo que hago
y hoy subrayo aquello que te dije entonces. Ya no importa,
sigo soñando con Manhattan.
Dime algo que merezca la pena, o que algo la mereció.
Llueven diamantes en Neptuno. Es la presión en el pecho.
El futuro que nos venden no es para tanto.
¿Si se hunde el barco? La orquesta sigue tocando.
Habla de ella, llorando,
pidiéndome que vuelva a quién no quise ser.
Va, víctimas de la ciudad: “la prisa por...”.
Seguimos siendo solo un sentimiento en esta selva.
Dile a Irene que aún no he conseguido descifrarla.
Dile que el tiempo me ha cambiado y ya nada me calma.
Ahora sabéis mi paradero, llamadme Piazzola
componiendo a este naufragio una milonga.
Su banda sonora, mis bombas sonoras. Las ralladas a estas horas,
siempre ahora. Anáforas de vidas de otras vidas,
de mirar por los demás y olvidar mis problemas.
Se ha borrado el nombre de Andy de mi suela. Perdí el norte
y la oportunidad de ser mi dueño. Perdí el sueño
y el rap por amor al arte.
Y hoy el mundo no se para, separa, como un recuerdo,
y yo recuerdo los segundos yendo lentos,
el sol en la cara y calor de enero.
Saltar por la ventana una mañana sin saber a donde vas.

Eh, espera, no aprietes el botón.
Antes de cruzar los dedos, ¿qué tal si huimos? ¿Ves?
Eso que decían nunca trajo buena suerte,
y hoy estamos aquí para ofenderte.
Una introducción para llegar donde quería.
Ahora estoy en mi salsa, y para ellos, una alegría.
El track se complica, es de lógica que me exija,
y ahora concentrado estoy buscando la palabra idónea.
Tan difícil como cierto, dejar el interior al descubierto, un acierto.
Esa es mi necesidad cuando estoy harto
y me encuentro en un desierto, crea desconcierto, es corto pero intenso.
Yo soy mas de invierno, del frió cuando duermo,
de las gotas de lluvia caminando por mi cuerpo.
Y es cuando me encuentro con el animo contento
y es todo tan perfecto que tendría que ser eterno.
No sé si me explico o me exijo demasiado.
Cuando las ideas vienen está todo descontrolado.
Cuando la tecnología empieza a ser de mi agrado
no tengo conocimientos, no puedo sacarle el jugo.

Y acabó montando la tangana.
Cansada ya de tanta farsa y tanta agua con sal,
salió saltando por la ventana. Hablo de mi alma,
la vieron de madrugada deambulando anonadada.
La filosofía barata se pronosticaba ganga,
mas no es válida si no va ligada a las caladas,
como la distancia a la objetividad del juicio,
o la ignorancia inherente en los prejuicios.
Bullicio en la ciudad como inicio del vacío.
No me amparo en la banalidad como la patria,
ni la moda, ni el psiquiatra, a mi búscame en mi dèria,
allá donde la psique se aleja de la materia.
La masa alienada se afana para acabar rauda con tu dignidad.
Para labrar moralidad tú deberás priorizar,
y eso nadie lo enseña.
El pensamiento propio no lo trae la cigüeña.
Me educaron en el miedo, y en la no-violencia.
Crecido en la razón, hoy ejerzo el humanismo.
El argumento fascio se cae ya o se calla.
Si me atacan las falacias verán este man estallar,
y germinar en mí la pulsión del homicida.
Justificaría mi locura con cualquier parida.
Mira, no me hables de absurdidad si no has vivido cinco vidas,
y protesten, señorías.

Estoy pensando en mí cuando menos me lo exijo.
Una lluvia fría y fina moja mi cobijo.
Seguiré esperándome, no noto mi alcance.
Y ese puto día a día, común, como un martes.
No hay paz, hay una inspiración que dispara.
Tomo algo caliente, me siento y ya vendrá.
Tomando apuntes con Esegé y Erich Fromm.
Primero observo los ojos de quienes van a hablarme hoy.
El frío baja de la atmósfera a la Tierra
por que el ser humano tiene que empezar a aceptar
que un cambio no vendrá de cualquier manera,
y que para conocerse a uno mismo primero hay que dudar.
Pero hay tan poca gente que comprenda... Aunque de ello dependa
que los cambios revolucionarios de conciencia vengan.
Que a veces pienso
que soy yo que me equivoco, ¿Quién sabrá la verdad?
Amanece, no creo en nadie, las cúpulas mienten.
Somos frágiles y a la vez sensibles.
Eso significa que el miedo se ve venir,
y eso es esperanza para mantenerse firme.
No se por que seduce.
Una devoción por conocer me devora y debajo de mi piel se esparce.
Motivo de mi ansia. El sol es secundario,
la lluvia pierde importancia.
La discrepancia no se negocia. Por eso hay una lucha externa
que el estado planta delante del valiente
exenta de las contingencias que traen tormenta.
En el micro-clima que se aglutina en la mente.
No importa como te sientes, será doloroso.
La cabeza enloquece en la ciudad calabozo.
Encontrarás momentos dulces entre los escombros,
pero habrá que lucharlos, despertar al monstruo.